Buenos días a todos y a todas.
A los funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y a todos los nuevos bogotanos que nos acompañan hoy.
Es un verdadero honor para mí estar aquí con ustedes y más aún, poder celebrar el lanzamiento de esta política que apoya de manera sistemática la inclusión y la acogida de la comunidad migrante y retornada.
Bogotá ha tendido sus brazos, ha compartido sus escuelas, sus calles, sus parques, con más de 600.000 migrantes, considerándolos no como extraños, sino en las propias palabras de la alcaldesa López: como nuevos bogotanos.
Esta política no es solo generosa, es también inteligente. Al proporcionar acceso a servicios y oportunidades económicas, Bogotá promueve el progreso de su ciudad.
Según el Fondo Monetario Internacional la integración exitosa de los migrantes puede contribuir en más de 4.5% al PIB colombiano en los próximos años.
La política que se lanza hoy también refleja los resultados positivos que hemos logrado al trabajar juntos.
El gobierno, la cooperación internacional, la sociedad civil y el sector privado, con una misión clara. Entre todos hemos construido un entorno propicio para la integración, diseñando políticas públicas incluyentes, facilitando el acceso a servicios y a oportunidades laborales, facilitando la cohesión social y apoyando a cada migrante para que pueda desarrollar su potencial y aportar a su comunidad.
No hay mejor ejemplo de esto que las personas que nos acompañan hoy, jóvenes valientes como Victoria Valentina Toro, que nos inspiran a seguir trabajando por la inclusión educativa y emprendedores como Yesenia Rodríguez, Carla Arellano, María José Marmo, y Alejandro Méndez, quienes con determinación han forjado sus propios negocios que contribuyen al crecimiento económico de la ciudad.
En el corazón de esta visión están los centros Intégrate.
Su creación partió de escuchar a las experiencias compartidas por los migrantes y los retornados, quienes relataban sus penurias al tratar de acceder al sistema de salud, a la educación y a las oportunidades económicas en una ciudad nueva y desconocida. Hoy por hoy, estos centros han demostrado ser lugares de acogida donde todos, sin importar su origen, pueden encontrar el apoyo necesario para reconstruir sus vidas en Bogotá.
Más de 100.000 personas, incluyendo 40.000 en la capital, han tocado sus puertas en apenas un año. Estos centros, además de extender una mano amiga, incluyen a migrantes en sus equipos de trabajo, dando así un poderoso ejemplo de la migración y de la integración en acción.
A todas las personas que trabajan incansablemente en los centros Intégrate y que celebran su primer año de funcionamiento les felicito de corazón, a la alcaldesa López y su equipo, ustedes están dejando un gran legado, forjando una ciudad donde la migración es reconocida como un bien y donde el crecimiento de cada individuo contribuye a la prosperidad de todos.
Bogotá está marcando camino no solo para Colombia y para América Latina, sino para el mundo, en cómo enfrentar con humanidad y con pragmatismo las crisis migratorias que cada vez serán más frecuentes.
Colombia fue contundente frente a la crisis venezolana, otorgando a los migrantes un permiso por protección temporal de diez años. Otros países como Ecuador, Perú, Brasil, también han respondido con políticas inclusivas, sumándose a la única respuesta sostenible a este desplazamiento masivo. Una respuesta coordinada y hemisférica.
En los Estados Unidos también vemos el valor de una migración segura, ordenada y humana.
La administración del presidente Biden ha respondido creando muchas más vías legales para migrantes de diferentes partes del mundo, desde Ucrania hasta Haití. La semana pasada, el presidente Biden tomó la decisión de extender el estatuto temporal de protección, lo que permitirá a casi 500.000 venezolanos que ya están en el país contribuir con su talento a las comunidades en las que viven.
Sabemos que estas políticas son costosas, son costosas políticamente y son costosas en términos de recursos. En Colombia las casi 2.5 millones de personas que se han registrado bajo el estatuto temporal de protección todavía enfrentan desafíos en acceder servicios o conseguir trabajo y existen casi 1 millón de migrantes que aún no obtienen el estatus regular.
Por todos ellos y ellas, seguiremos trabajando juntos y apoyando los esfuerzos a favor de la regularización y de la integración. Como USAID y como el gobierno americano, reiteramos nuestro compromiso para forjar alianzas con el Gobierno de Bogotá y con muchas otras ciudades en Colombia que están dando a los migrantes hoy por hoy, la oportunidad de estudiar, trabajar y de rehacer sus vidas.
Para concluir, yo quería compartir algo que no me deja de impresionar sobre el pueblo colombiano. Ayer tuve la oportunidad de visitar el claustro de San Agustín, donde el reportero fotográfico Jesús Abad, ha documentado el conflicto armado de Colombia por medio de fotografías a lo largo de los años. No sé si es a pesar de, o debido al dolor y la adversidad que ha sufrido este pueblo, pero es inspirador ver que la respuesta a esta crisis humanitaria ha sido basada en la compasión y en la humanidad.
Los felicito por celebrar hoy esta nueva política y por la labor que hacen todos los días. Muchas gracias.