Jennifer cose su futuro
"USAID me ayudó a darme cuenta que puedo hacer mucho más".
Jennifer Medina creció entre telas. Sus padres tenían una pequeña fábrica de frazadas y sábanas. Le encantaba el tacto del algodón, el brillo de los colores y cómo se pueden convertir en artículos para el hogar. Hace quince años fundó su propia empresa, Cintora Textiles, para poner sus extraordinarios dotes de diseñadora para crear artículos cotidianos a precios asequibles.
Jennifer tuvo especial éxito fabricando fundas de almohada para camas y sofás, que el gigante Walmart compraba al por mayor , y manteles que vendía a cadenas de restaurantes locales. Aun así, sentía que podía hacer más. En 2019, USAID la invitó a unirse al programa Cadenas de Valor, diseñado para fortalecer las empresas dirigidas por mujeres para que pudieran crecer de manera sostenible.
"Tenía los conocimientos, el equipo y el personal, pero no tenía a quién vender, los clientes que tenía no eran suficientes para lograr la estabilidad que buscaba", cuenta Jennifer. "Mantener una empresa implica producción y ventas permanentes, necesitaba más clientes para garantizar no sólo los sueldos de los empleados de la fábrica, sino también de las personas que solía contratar cuando tenía pedidos grandes".
El programa de USAID, que ahora incluye a más de 100 pequeñas empresas en crecimiento dirigidas por mujeres, ofreció más de 200 horas de formación práctica e instrucción sobre 25 temas para mejorar la gestión operativa y financiera y adaptar la marca y el marketing para acceder a nuevos mercados. Jennifer redefinió su marca, desarrolló etiquetas más atractivas y organizó mejor su inventario.
Tuvo su primer gran éxito en la feria nacional de muebles y artículos para el hogar de Guatemala, ExpoMueble, en noviembre de 2019. Obtuvo contratos por un valor de $15,000 por semana de dos cadenas nacionales de artículos para el hogar con una línea de cortinas y delantales de cocina para mujeres, y delantales para hombres. Estos pedidos generaron trabajo a tiempo parcial para media docena de mujeres.
Una gran lección del programa que recuerdo fue la importancia de estar abierto al cambio, de innovar", recuerda Jennifer.
Esto se puso en práctica de repente, cuando la pandemia de COVID-19 se desató en marzo de 2020. Con las tiendas cerradas y los pedidos cayendo en picada, Jennifer empezó a fabricar mascarillas y trajes de bioseguridad para las empresas. Esto mantuvo a su personal empleado e incluso dio lugar a nuevos contratos con la cadena nacional Dollar City.
En 2021, el programa de USAID culminó en la Sala Nacional de Exposición de Empresas Dirigidas por Mujeres y Minoristas, que ofreció un espacio para que 44 pequeñas empresas como Cintora negociaran de tú a tú con grandes supermercados nacionales. Cintora ya vendía a Walmart, pero este evento le abrió la puerta a otras nueve cadenas comerciales
Jennifer investigó cómo se exponían artículos como los suyos y a qué precios se vendían en otras tiendas. Ya sabía qué artículos podía confeccionar con telas más baratas para cadenas más económicas. Sabía qué patrones atraerían a distintos tipos de compradores. "La presentación de compradores nacionales fue el mayor apoyo que recibí de USAID", afirma Jennifer.
Puse en práctica lo que aprendí sobre buenas negociaciones, sobre la confianza en mí misma y en mis productos".
Gracias a estas presentaciones, consiguió citas formales de negocios con tres grandes cadenas. En abril, Cintora Textiles había conseguido contratos con las tres. Para una empresa, Jennifer adaptó diseños de manteles y calentadores de tortillas de tela, que se utilizan en las zonas rurales para cubrir las tortillas recién hechas. Para otra, creó una línea exclusiva de artículos para cocineros, como delantales y gorros. Para la tercera, creó una versión más económica de su línea de delantales de cocina de venta rápida para 45 tiendas de la cadena. Los tres contratos se sumaron a más pedidos mensuales que daban trabajo fijo a 15 trabajadores a tiempo completo y 30 a tiempo parcial.
"Tuvimos que comprar una máquina de bordar, cambiar nuestro sistema de distribución y producción para ser más eficientes. Nuestra producción creció un 150% y esto significa que generamos trabajo todos los meses para estas mujeres que viven en la comunidad".
Con todo lo que he aprendido y las oportunidades que he tenido, me he dado cuenta que puedo hacer mucho más, mi meta es lograr alcanzar mercados a nivel internacional de Cintora y en eso me voy a enfocar".
Acerca de esta historia
Escrito por: Graeme Thompson, Palladium
Editora: Zeina Dubray, Directora Creativa USAID/Guatemala
El Proyecto Creando Oportunidades Económicas apoya las condiciones y estimula directamente el crecimiento económico en Guatemala para crear empleos y reducir la necesidad de los ciudadanos de buscar oportunidades en el extranjero.